Noé: Pregonero de justicia.


Noé: Pregonero de justicia. (2 Pedro 2:5)
(Autor: Cristóbal Yévenes)



De la vida de Noé podemos desprender muchos principios para nuestra vida. Analizaremos detalladamente la vida de Noé, desde su “caminar” con Dios, su vida familiar, el ambiente y la sociedad que lo rodeaba hasta  el diluvio.
Noé vivía en el mundo antediluviano, un mundo corrompido por el pecado, un mundo que no tenía vuelta atrás, un mundo que debía ser castigado. La Biblia nos dice que la maldad era tan grande que cada pensamiento de los hombres era malo, (Génesis 6:5), pero existía una excepción: Noé. Noé era justo, “perfecto en todas sus generaciones” y caminaba con Dios, (Génesis 6:9).  De acá podemos extraer la primera enseñanza de la vida de Noé: la fidelidad a Dios. Santiago nos dice que la amistad con el mundo es enemistad con Dios, (4:4), pero Noé, a pesar de que todo su entorno adoraba a sus propias pasiones y deseos, seguía fiel a Dios, (Josué 24:15). En un mundo de tinieblas debemos ser luz, (Mateo 5:14). La fidelidad, generalmente va a acompañada de integridad, pues quien es fiel a Dios cumple su voluntad, y Noé era justo.
Pablo Hoff dice:
“Era "justo" y "perfecto" (6:9), una persona de conducta intachable, de integridad moral y espiritual en medio de una generación perversa. Finalmente era un predicador de justicia (2 Pedro 2:5). El secreto de su carácter y constancia se encuentra en su diario andar con Jehová.” (El Pentateuco, pág. 38)
Algo que se destaca de Noé es que las escrituras dicen que el “caminaba con Dios”, y esta es otra característica de este varón: la adoración. El cristiano debe vivir en adoración a Dios, debe vivir en su presencia, debe “caminar con Dios”, estos son los cristianos que Él busca, adoradores en espíritu y en verdad. (Juan 4:23).
Dios decidió destruir todo ser viviente de la tierra a causa de la maldad de la humanidad, pero guardo a Noé, a quien le revelo sus planes. Cuando el cristiano vive con su mirada en las cosas de arriba, puesta solo en Jesús, es capaz de conocer la voluntad de Dios. Esto es parte de una vida de intimidad con Dios, una vida de adoración y búsqueda. Cuando renovamos nuestra manera de pensar y nos volvemos a ÉL, somos capaces de comprender la buena y agradable voluntad de Dios para nosotros, (Romanos 12:2).
Dios le órdenes especificas a Noé para que se salvasen él y su familia: le dice que construya un arca, porque iba a enviar un diluvio. ¿Qué es lo magnifico de esto?  En los tiempos de Noé no había habido diluvios, menos en esa región, por lo tanto era algo descabellado, algo difícil de creer, pero la Palabra dice “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.” (Hebreos 11:7). He aquí otro principio: la obediencia del creyente depende de su fe. Noé no conocía los diluvios, pero preparo el arca con fe, obedeció a Dios por medio de esta y no de lo que sus ojo veían, ni si quiera por lo que podría haber sido evidente para cualquiera, pues un diluvio era algo imposible, y un arca, peor. Él obedeció por fe.
120 años estuvo preparando el arca, pero las escrituras nos declaran que no solo hizo esto, si no que durante todo este periodo de tiempo el predico al mundo la justicia de Dios, (2 Pedro 2:5). A pesar de esto, el texto nos revela que nadie creyó, nadie acepto el mensaje y fueron condenados. Este hecho revela otra característica de Noé: la perseverancia y obediencia ciega. Noé nunca ceso de predicar la palabra, a pesar de las evidentes burlas que debió haber recibido. “hacer caso. Indudablemente Noé y sus hijos eran el blanco de incesantes burlas, pero no vacilaron en su fe. Se recalca su completa obediencia: "hizo conforme a todo lo que le mandó Jehová" (6:22; 7:5).” (Pablo Hoff, El Pentateuco, pág. 39).
Noé fue, tal cual como dice el Génesis, un varón justo, perfecto en todas sus generaciones, fue un varón fiel a Dios, un hombre que adoraba a Dios, aun en medio de una generación corrompida; un varón que le creyó a Dios y puso toda su fe en él; un varón perseverante y valiente; fue un modelo a seguir, pero no es todo lo que la biblia habla de él. Génesis 9:21 nos muestra un Noé ebrio y sin pudor, que estaba desnudo, el Noé fiel y obediente desapareció. Esto es lo maravilloso de las escrituras, que nos muestra hombres y mujeres con sus virtudes y defectos, todo con un solo propósito: para que toda la gloria siempre sea para Dios.
En medio de esta generación perversa Dios quiere que seamos como Noé, fieles adoradores, valientes obreros que obedientemente sirven a Dios poniendo sus ojos solo en Jesús, el autor y consumador de la fe, (Hebreos 12:2)
¿Estas dispuesto a ser un Noé en medio de esta generación?


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